Aunque a nivel paisajístico no lo son, sí son importantes por su fauna y están considerados de interés para las aves de España y Europa junto a las llanuras esteparias y cerealistas de Pétrola y Almansa. Por habitar en ellas importantes poblaciones de Avutarda, Sisón, Ortega y Alcaraván.
Se sitúan al N. de Yecla, entre las carreteras de Almansa y Montealegre y ocupan unos 80 km2. - Sierra del Cuchillo. Al N de la ciudad bellos rincones como la Hoya de la Mansorrilla. Se llega por la carretera de Caudete. - Sierra del Serral. Al SO. Bosque de pinos coscojas y jaras. Grandes cantiles. Se accede por la carretera de Pinoso. - Los Gavilanes. Al O de Yecla, bosque maduro de pinos. Se llega por la carretera de Fuentealamo y se toma el camino de la Casa del Madroño.
Con este nombre se conoce a la zona N-NO de Yecla, en el extremo septentrional del término de Yecla. Dentro de este topónimo incluimos otros parajes menos conocidos pero en la misma área y son La Lacera, Los Rincones y Marisparza, ya que sin duda forman un único conjunto de gran interés para todos. En estos parajes encontramos las mayores olmedas del término de Yecla, acompañadas de otras plantas como el Rosal silvestre, la Madreselva, los juncos, etc., en las zona más húmeda y en los montes, que son relativamente bajos y de poca pendiente se observan especies como el Pino carrasco, Pino piñonero, Encina, etc.
Todo el paraje se halla horadado por ramblas, entre las que destaca la de Tobarrillas por su gran belleza e importancia ecológica. Aquí podremos observar rapaces forestales como el Ratonero común o el Azor acompañadas por gran cantidad de especies no tan poderosas pero si muy atractivas como la Oropéndola, el Ruiseñor los mitos, etc.
Por sus rastros se puede constatar la presencia de Jabalíes, conejos o Ginetas. Anfibios como el Gallipato, la Rana verde común o el Capillo moteado, acompañadas por otras como la culebra viperina y la de Collar.Se accede por la carretera de Almansa
La Magdalena y la Umbría del Fator. Al SO de Yecla, se alzan estas montañas extremadamente distintas en su paisaje, La Magdalena, árida en su mayor parte, donde poca vegetación subsiste aparte de los sufridos espartos, romeros, tomillo y algún pino carrasco disperso. Paseando por este lugar en primavera quizás veamos algún Alcaudón común vigilando en su oteadero a los insectos de que se alimenta o al Cernícalo vulgar recortando su grácil figura en el azul cielo sobre las calcinadas cumbres de la montaña (1.066 m. s.n.m.). Completamente distinta, como ya comentábamos al principio, es la Umbría del Fator; largo cantil situado a la espalda de La Magdalena paraje bien forestado con escarpadas laderas coronadas por grandes cantiles que son de gran interés para algunas aves como el Águila real, el Cuervo, el Avión roquero y otras especies de fauna rupícola, tiene un bonito bosque poblado por gran cantidad de especies.
Rodeando este macizo montañoso, Los Picarios, La Lobera y El Puerto lugares de interés también para el excursionistas accede a la Magdalena por la carretera de Jumilla y a la Umbría del Fator por la de Fuentealamo.
Situado al NO de Yecla, se accede al monte por las carreteras de Fuentealamo y Montealegre, dista de la ciudad 17km.
Su altitud s.n.m. es de 1.069 m. en el punto conocido como "El Cuerno".
Tiene gran cantidad de alicientes para el visitante desde la morfología del mismo a su flora y fauna, contando también con los importantísimos restos arqueológicos que encierra. Su aspecto, labrado por múltiples avatares y procesos erosivos, es cuanto menos mágico, dando al observador gran cantidad de formas y relieves que difícilmente encontraremos en otro lugar cuevas, oquedades y los típicos "panales" pueden observarse por todo el paraje.
En los roquedos y cantiles, el visitante podrá deleitarse con las acrobáticas piruetas del avión roquero, con la tremenda algarabía de graznidos de las chovas piquirrojas y las grajillas, o con un poco de suerte, observar como desde un pino carrasco, agarrado en difícil equilibrio a la roca, vuela el águila perdicera.
Mientras, por el suelo corretea la lagartija colirroja, observada desde lo alto de una encina por el alcaudón real, conocido en nuestro pueblo por "verdugo" o "cabezón". Cualquiera de las ramblas que jalonan el Arabí, puede ser buen lugar para observar en primavera al abejaruco, que comparte sus dominios con los prolíficos conejos. En el bosque, entre encinas, madroños y pinos podremos observar el fugaz vuelo del Gavilán antes de perderse en la espesura, así como escuchar la loca carrera del jabalí, mientras huye por el bosque.
Cantos de la Visera (1912-2012). Cien años de Arte Rupestre en la Región de Murcia
Hernández Pérez, Mauro S.