Está entre los privilegios concedidos a Yecla por el Infante D. Juan Manuel. Confirmado por D. Juan I en 1389, era de quince días, coincidiendo con las fiestas de San Martín. Posteriormente se cambió a fechas próximas a la fiesta de San Marcos. Felipe V en premio a la fidelidad de Yecla le confirmó este privilegio trasladándola de nuevo a noviembre. En 1839 se solicitó y se consiguió el traslado al 18 de septiembre. A finales de ese siglo fue perdiendo su carácter de transacción comercial, para convertirse poco a poco en mera celebración de festejos públicos, atracciones lúdicas, culturales y deportivas.