Existen, ubicados en diferentes zonas de la población, pequeñas iglesias y ermitas que evocan el encanto literario de las páginas de Azorín o encierran, en su sencillez, una sobria belleza. Son la iglesias de Santa Bárbara y San Juan, la parroquia de San José Obrero, la ermita de San Nicolás, el Asilo de Ancianos y la iglesia de las monjas Concepcionistas.