A comienzos del siglo XVII, la comunidad franciscana contarán con nuevas instalaciones, de las que en la actualidad sólo se ha conservado la Iglesia de San Francisco y la Capilla de la Virgen de las Angustias, construcción aneja a la primera, construida a mediados del siglo XVII. La impronta francisca caló hondamente en la población de Yecla durante los siglos XVI al XVII; debiéndose fundamentalmente a tres razones: en primer lugar; por la figura carismática de Fray Andrés de la Rosa (1554-1624), instalado en Yecla desde 1576, cuyos poderes curativos, ciertamente prodigiosos, adquirieron gran fama, siendo objeto en vida de una veneración popular fuera de lo común. A su muerte se iniciará el proceso de beatificación del llamado "Padre Santo de Yecla", sin que llegara a buen término por razones que desconocemos. En segundo lugar, los franciscanos, desde 1605 habían conseguido el Castillo Árabe. Vistas restos muralla patronazgo de la villa, con lo que ello comportaba de ventajoso frente al clero regular