En la segunda mitad del siglo XIX, Yecla, vivirá un nuevo desarrollo económico basado en la creciente actividad vitivinícola. Ello vendrá unido a un importante cambio en la fisonomía urbana debido a las nuevas necesidades creadas. En la década de los ochenta, y sobre todo bajo la alcaldía de Epifanio Ibáñez, se construirá una nueva Lonja, se mejorarán las instalaciones de la Casa Consistorial, se construirá el Teatro Concha Segura, serán acondicionados los accesos a la ermita del Cerro del Castillo, reformando el propio santuario, la ciudad contará con un matadero municipal, alumbrado de gas, etc., y una nueva Parroquia, la del Niño Jesús. En todo este proceso de modernización de la ciudad, el arquitecto Justo Millán Espinosa será una pieza clave.